jueves, 28 de junio de 2012

Reconciliación.


Despiertas.


Despiertas desorbitado, con los ojos un poco hinchados y la nariz moqueando. Te levantas, te pones una camisa, revisas tu celular y te das cuenta de que no fue una pesadilla, en realidad estas peleado con ella.


Mandas un mensaje de los "buenos días", esperando que ella te conteste. Pasa una hora y tal vez ni siquiera lo ha visto. Desesperación y ansiedad por hablar con ella entran en tu mente, frustración por la fea "resaca de amor" que tuviste anoche. Te arrepientes, te miras al espejo en busca de alguna sonrisa siquiera medio fingida. Pero no hay. No existe. Solo existe ella. Y sabes que no vas a poder sonreír hasta que las cosas queden bien, incluso si te alejases, las cosas deberían terminar bien.


Es curioso, no te entiendes, no entiendes tus sentimientos, no sabes por que surgieron tan rápido. No sabes que sientes tú mismo.


Pero de repente, te viene a la mente su recuerdo. Esa sonrisa tan linda de la cual te enamoraste, esos pequeños hoyuelos que se le forman en las mejillas cuando sonríe de ese modo, esos ojos abiertos que te hacen estremecer, esa cintura tan sexy en la cual encajaban perfectamente tus brazos, y esos labios tan perfectos, los cuales ella dulcemente presionaba contra los tuyos.


Entonces se te escapa una ligera sonrisa, y te das cuenta de que quieres arreglar las cosas, estar bien con ella, hablarle y reírse un buen rato, contarle tus cosas y ella a ti las suyas, justo como ayer antes de aquel problema.


Tomas tu celular y le whatsappeas lo primero que se te venga a la mente, incluso si es el mas largo y cursi poema, o algo corto y concreto como un "Te amo cariño, no quiero que estemos peleados".


Le das "enviar" y esperas su respuesta, con la esperanza de que pronto conteste.

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