miércoles, 27 de marzo de 2013

La vida es como el café.


Quién no se enamoraría de ti corazón, con esos labios color carmesí, el color blanco y la sensación tan suave de tu piel, tus ojos tan grandes color café, la música y la lluvia que parece que con tu dulce voz, combinan perfectamente.

Creo que me estoy enamorando tanto tantísimo de ti; digo, ya la mayoría de las canciones que aquel día me enseñaste figuran en "Las 25 más escuchadas" de mi iTunes. Ya hasta estoy empezando a leer los libros que tu sueles leer y que me contaste que tanto amas. Ya hasta estoy escuchando todas esas bandas que no sabía que existían y a ti te encantan.

La vida es como el café, a tu lado se disfruta mejor.

Y de tanto mencionar ese "en el fondo"  del cuál solía dudar, terminé hundiéndome, hasta el fondo, en tus ojos y en tus labios, en tu corazón, en tu amor, en tus brazos.

Entonces te conocí, planté un árbol que creció gigantemente, recorrí el mundo en un globo aerostático y visité todas las nebulosas que había en el espacio, para después volver a la Tierra, no sin antes hacer una pequeña escala en Júpiter, sólo para robarle sus anillos y poder pedirte matrimonio con ellos; o sea, me dormí y soñé contigo.

Quiero darte de mí hasta lo que no tengo, pero que con todo el esfuerzo del mundo voy a conseguir para ti.
Quiero quererte con todas mis fuerzas, y si las fuerzas que tengo no bastan, mañana mismo me meto a un gimnasio todo el día para volverme más fuerte, y así poder quererte más.
Quiero cantarte todas las canciones, y si se acaban, agarraría todas las canciones rotas de mundo y te compondría esas y un millar más, para poder cantarte por siempre.
Quiero regalarte mis letras, y si las letras de todos los alfabetos no son suficientes, entonces inventaría cientos de alfabetos nuevos para toda la eternidad.
Quiero una red y una jaula enorme para poder capturar todos los hermosos momentos que me haces pasar, y guardarlos para siempre conmigo.

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