Son las cinco de la
mañana, del quinto día de la semana. Me he despertado ya 5 veces, y 5 veces hoy
he soñado contigo. Te amaba en esos cinco sueños de cinco maneras diferentes.
Cinco veces estuve apunto de hablarte, y 5 veces me acordé que no querías ni pensarme.
Te stalkeo 5 veces al día, y el amor que te tengo no se terminaría ni en 5
minutos ni en 5 vidas. Aunque conociera a 5 o a 5 mil personas con tu nombre,
ninguna sería ni la quinta parte de lo grandiosa que tú eres. Quiéreme 5 mil
años ó 5 segundos, pero quiéreme 5 veces con todas las fuerzas del mundo. Ya no
te alejes a 5 mil kilómetros de mí, no quiero perder el rastro de tu corazón ni
por 5 milésimas de segundo. Ten por seguro que si 5 veces muriera y 5 veces
viviera, te amaría incluso hasta 5 veces el fin del mundo.
Ya no sé rimar, pero te
amo. Espero que el "amor" de 5 veces más que amigos que te tengo se
vaya para que así ya no te quede ni la quinta parte de confusión que tienes
estos días, y que todo vuelva a ser como hace 5 semanas, todo sin problemas, tú
amando a alguien, yo amando a 500 kilómetros de distancia.
Ya mejor me callo, capaz y ya dejaste de estar confundida.
Carajo.
Mejor me voy a la
chingada.
No sé si enviarte esto.
Mejor lo guardo en mis
notas, y te lo envío cuando la cosa esté más tranquila.
O no te lo envío nunca.
Todo depende de la situación. Ya háblame, te juro que te llevaste mi corazón.
Ya a la chingada el amor.
Nota del autor: Quiero agradecerle especialmente a Samantha Hernández por ser mi inspiración para escribir esta entrada. Eres luz en la obscuridad, preciosa.
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